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Los hemos estado esperando durante más de tres años, cuando teníamos muchos rumores aquí, pero no se hicieron realidad. Ahora otro se está haciendo más fuerte y parece que nos espera un verdadero placer. Según lo que ya se sabe sobre la segunda generación de estos auriculares de alta fidelidad, es posible que ni siquiera tengamos que esperar. 

Fue bastante inesperado cuando Apple presentó sus primeros auriculares supraaurales en diciembre de 2020. Mostró con ellos algo diferente a lo que normalmente estábamos acostumbrados en el mercado. Es típico de Apple cuando toman algo conocido y le dan un diseño que a muchos les pone de culo. ¿Qué pasa con el hecho de que eran (y siguen siendo) muy caros y pesados? 

Anteriormente se especuló sobre el sucesor, así como sobre una versión más deportiva, más ligera o, por el contrario, incluso más equipada. Sin embargo, realmente deberíamos esperar, este año (probablemente en otoño), cuando se publique su versión revisada. Por lo tanto, es muy posible que no haya una segunda generación, al igual que no obtuvieron la próxima generación de AirPods Pro 2 en septiembre pasado. Pero Apple aún puede seguir la situación entre el primer y el segundo AirPods, cuando después de todo llegó su segunda generación y prácticamente solo trajo un chip para un emparejamiento más rápido y un mejor uso de Siri. 

Si llegan los nuevos AirPods Max, lo seguro es que tendrán un puerto USB-C en lugar de Lightning. Se trata de mitad y mitad con nuevos colores, donde sólo sería cuestión de hacer los auriculares más atractivos y simplemente lucir más interesantes. Bueno, eso es realmente todo. Aparentemente, tampoco deberían estar equipados con el nuevo chip H2, que ya conocemos de los AirPods de segunda generación, y que garantiza un sonido adaptativo, que es una combinación de ANC, ajuste de volumen personalizado según el entorno y silenciamiento automático. en el reconocimiento de voz, es decir, que cuando hables, los auriculares se silenciarán automáticamente. 

Entonces, cambiar el diseño puede que no sea del todo prudente. Apple ahorrará significativamente en lo mismo, cuando no tendrá que moverse configurando máquinas y creando nuevos programas solo para perder unos gramos de peso y ahorrar unos gramos de aluminio. El caso, que no sólo es poco práctico sino también bastante embarazoso, también merecería una revisión fundamental. Quizás los clientes estarían más satisfechos con su cambio que con las innovaciones de hardware de los propios auriculares. 

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