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En Silicon Valley hay mucho dinero y una gran parte se destina a la ciencia y la investigación. La empresa matriz de Google, Alphabet, está invirtiendo en el desarrollo de vehículos autónomos, píldoras que prolongan la vida y robots con caras de animales, Facebook está dando grandes pasos en el campo de la realidad virtual y la inteligencia artificial, desarrollando drones con la capacidad de expandir Internet en países en desarrollo, y Microsoft ha invertido mucho en gafas holográficas y software de traducción avanzado. La inversión de IBM en el desarrollo de la inteligencia artificial Watson tampoco puede pasarse por alto.

Apple, por el contrario, es muy cuidadosa con sus recursos y su gasto en ciencia e investigación es casi insignificante en comparación con sus ingresos. La compañía de Tim Cook invirtió solo el 2015 por ciento (3,5 millones de dólares) de sus 8,1 millones de dólares en ingresos en desarrollo en el año fiscal 233. Esto convierte a Apple en la empresa que, en términos relativos, invierte menos en desarrollo de todas las grandes empresas estadounidenses. A modo de comparación, cabe mencionar que Facebook invirtió el 21 por ciento de su facturación (2,6 millones de dólares), el fabricante de chips Qualcomm un punto porcentual más (5,6 millones de dólares) y Alphabet Holding el 15 por ciento (9,2 millones de dólares) en investigación.

En el ámbito en el que opera Apple, la mayoría de las empresas creen que si no invierten una parte importante de sus ingresos en un mayor desarrollo, naturalmente serán superadas por la competencia. Pero en Cupertino nunca mantuvieron esta filosofía, y ya en 1998 Steve Jobs decía que "la innovación no tiene nada que ver con cuántos dólares tienes para la ciencia y la investigación". En una nota relacionada, al cofundador de Apple le gustaba señalar que cuando se presentó la Mac, IBM gastaba cientos de veces más en investigación que Apple.

Bajo Tim Cook, Apple depende en gran medida de sus proveedores, quienes compiten para ofrecer la compañía de Cook como parte de la batalla por pedidos gigantes para Apple. Dotar al futuro iPhone de su propio chip, pantalla o flash de cámara es una visión tremendamente motivadora. El año pasado, Apple vendió 230 millones de iPhones y se comprometió a gastar la friolera de 29,5 millones de dólares en componentes como chips, pantallas y lentes de cámara durante los próximos doce meses, 5 millones de dólares más que el año pasado.

"Los proveedores están luchando entre sí para ganar un contrato de Apple, y parte de esa lucha es gastar más en ciencia e investigación", dice Ram Mudambi de la Universidad Temple en Filadelfia, que estudia el éxito de las empresas con un bajo gasto en I+D.

Sin embargo, Apple es consciente de que no se puede depender sólo de los proveedores, y durante los últimos tres años ha incrementado notablemente sus gastos de desarrollo. En 2015, dichos gastos ascendieron a los ya mencionados 8,1 mil millones de dólares. El año anterior fueron sólo 6 mil millones de dólares, y en 2013 incluso sólo 4,5 mil millones de dólares. Una de las mayores investigaciones se ha centrado en el desarrollo de semiconductores, lo que se refleja en el chip A9/A9X integrado en el iPhone 6s y el iPad Pro. Este chip es el más rápido que ofrece el mercado actual.

La relativa moderación de Apple en el ámbito de las grandes inversiones también se evidencia en los gastos de publicidad. Incluso en esta área, Apple es notablemente frugal. Durante los últimos cuatro trimestres, Apple gastó 3,5 millones de dólares en marketing, mientras que Google gastó 8,8 millones de dólares en un trimestre menos.

Tim Swift, profesor de la otra Universidad de St. Joseph's, señala que el dinero gastado en investigación se desperdicia si el producto nunca sale del laboratorio. "Los productos Apple van acompañados de uno de los métodos de marketing más eficaces y sofisticados que jamás hayamos visto. Ésta es la segunda razón por la que Apple es la empresa más productiva en términos de gasto en investigación”.

Fuente: informe de Bloomberg
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