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A pesar de la disminución de la participación de iOS entre los sistemas operativos de teléfonos inteligentes, Apple todavía está fuera de su alcance en términos de ganancias. Cada vez más analistas refutan la afirmación de que la participación mundial de los sistemas operativos móviles tenga alguna autoridad. La compañía californiana cuenta con el ecosistema de aplicaciones móviles más grande del mundo, a pesar de tener una cuota inferior al 15%, y sigue siendo la plataforma preferida de los desarrolladores a la hora de decidir qué plataforma desarrollar primero.

Después de todo, el mayor crecimiento de Android se produce en la gama baja, donde los teléfonos con este sistema operativo a menudo reemplazan a los teléfonos tontos en los mercados en desarrollo, donde las ventas de aplicaciones generalmente no funcionan muy bien, por lo que este crecimiento es irrelevante para los desarrolladores externos. Al final, la clave para el fabricante de teléfonos es el beneficio de las ventas, cuya estimación publicó ayer un analista de Inversores.com.

Según él, Apple representa el 87,4% de todos los beneficios por la venta de teléfonos en el mundo, lo que supone un aumento del nueve por ciento en comparación con el año pasado. El beneficio restante, concretamente el 32,2%, pertenece a Samsung, que también mejoró un seis por ciento. Dado que la suma de ambas cuotas es superior al 100%, significa que otros fabricantes de teléfonos, ya sean tontos o inteligentes, están perdiendo, y no poco. HTC, LG, Sony, Nokia, BlackBerry, todos ellos no generaron ningún beneficio sobre sus ganancias, al contrario.

También es interesante la evolución en China, que sigue siendo el mercado de telefonía móvil de más rápido crecimiento. Los fabricantes chinos según Investors.com representaron el 30 por ciento de la facturación mundial y el 40 por ciento de la producción mundial de teléfonos. En general, se espera una desaceleración del crecimiento, que actualmente está por debajo del 7,5 por ciento, con un crecimiento de dos dígitos en los últimos cuatro años. Sin embargo, esto es cierto para los teléfonos en general; por el contrario, los teléfonos inteligentes siguen creciendo a un ritmo significativo a expensas de los teléfonos tontos.

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