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Cuando Steve Jobs te regala un Porsche a los veintitrés años, sabes que vas a tener una gran vida. Ese es exactamente el destino que corrió Craig Elliott, cofundador y director ejecutivo de Pertino, una nueva startup de Silicon Valley que está a punto de llegar al mercado.

Toda la historia comenzó en 1984, cuando Elliott se tomaba un año libre de la universidad y se quedaba en Iowa. “Terminé en una tienda de informática local y resultó que fue el año en que salió al mercado Macintosh. En ese momento, vendí más Macintosh que nadie en todo Estados Unidos". Elliott, de 52 años, lo recuerda hoy.

Gracias a ello se ganó una invitación de Apple a Cupertino. "Cené con Steve Jobs, pasé una semana con altos ejecutivos de Apple y Steve me regaló un Porsche". Elliott cuenta, admitiendo que una cena con el cofundador de Apple casi termina en un desastre. Jobs le preguntó cuántas Mac vendió realmente. La respuesta fue: alrededor de 125.

"Jobs en ese momento gritó '¡Dios mío! ¿Eso es todo? ¡Eso es patético!'". Elliott describe cómo fue su gran cena. "Me incliné y dije: 'Steve, no olvides que soy tu padrino'. Y Jobs respondió: 'Sí, tienes razón'. El resto de la cena transcurrió en un ambiente relajado."

Según Elliott, eso es exactamente lo que era Steve Jobs: muy apasionado, pero cuando lo presionabas, se estabilizaba. Posteriormente, Jobs también le ofreció un trabajo a Elliott, pero no fue su jefe por mucho tiempo, ya que fue despedido de Apple un año después. Sin embargo, Elliott trabajó para la empresa de la manzana durante toda una década, ocupándose del negocio de Internet y del comercio electrónico.

Justo cuando Jobs regresaba a Apple, Elliott fue contratado por la startup de redes Packeteer, donde se convirtió en director ejecutivo. Posteriormente, Elliott salió a bolsa en 2008 y vendió Packeteer a Blue Coat Systems por 268 millones de dólares. Después de esta exitosa transacción, se fue a Nueva Zelanda, donde quería relajarse con su familia y convertirse en un inversor ángel.

En circunstancias normales, ese probablemente sería el final de la historia de Elliott, pero no podría serlo para el cofundador de Pertin, Scott Hankins. Hankins es otro personaje interesante, por cierto, porque dejó un puesto lucrativo en la NASA construyendo robots para mudarse al Valle porque pensaba que la industria tecnológica era mejor que el espacio.

Hankins también trabajó anteriormente en Packeteer, y cuando Elliott fue a Nueva Zelanda, Hankins siguió llamándolo y proponiéndole sus ideas de startup. Elliott siguió diciendo que no hasta que se enteró de Pertina. Debido a esa idea, finalmente tomó su dinero, regresó al Valle y se convirtió en el director ejecutivo del nuevo proyecto.

El proyecto Pertino permanece en secreto, pero cuando se dé a conocer oficialmente, ofrecerá a las empresas una nueva forma de construir redes. Así que sólo nos queda esperar de lo que todavía puede hacer la persona a quien Steve Jobs le regaló un Porsche cuando tenía 23 años.

Fuente: BusinessInsider.com
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