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Ya se ha escrito bastante sobre el caso de la ralentización de los iPhone más antiguos. Comenzó en diciembre y desde entonces todo el caso ha ido creciendo hasta que uno se pregunta hasta dónde llegará todo y sobre todo dónde terminará. Actualmente, Apple se enfrenta a casi una treintena de demandas en todo el mundo (la mayoría de ellas lógicamente en EE.UU.). Fuera de Estados Unidos, usuarios de Israel y Francia también han emprendido acciones legales. Sin embargo, Francia es la que se diferencia de otros países, porque Apple se encontró aquí en una situación desagradable debido a las leyes locales de protección al consumidor.

La ley francesa prohíbe expresamente la venta de productos que contengan piezas internas que provoquen un acortamiento prematuro de la vida útil del dispositivo. Además, también se prohíben conductas que provoquen la misma. Y eso es exactamente de lo que se suponía que Apple era culpable en el caso de reducir el rendimiento de sus iPhone más antiguos debido al desgaste de sus baterías.

A raíz de una denuncia de una asociación de fin de vida, el viernes pasado la equivalente local de la Oficina de Protección al Consumidor y Fraude (DGCCRF) inició una investigación oficial. Según la legislación francesa, delitos menores similares se castigan con multas elevadas y, en casos más graves, incluso con prisión.

En este caso, este es el problema más grave al que se enfrenta Apple con respecto a este caso. En lo que respecta a este caso, definitivamente no será corto. En el sitio web aún no ha aparecido más información sobre la investigación ni sobre la posible duración de todo el proceso. Será interesante ver cómo se desarrolla finalmente todo el caso, dadas las leyes francesas.

Fuente: Appleinsider

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