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A su regreso a Apple, dibujó la famosa matriz. Explicó el esfuerzo por simplificar y aclarar la cartera de productos. La última pieza del rompecabezas fue una computadora portátil para las masas llamada simplemente iBook.

Steve Jobs regresó a una empresa que producía todo lo imaginable: computadoras de diversas categorías, impresoras, tabletas (Apple Newton) y otros. Sin embargo, debido al mal estado de la empresa Jobs decidió reducir drásticamente la cartera de productos. Pronto mostró a la dirección de la empresa una matriz de 2 x 2 campos. En las columnas estaba escrito Consumer (lifer), Pro y en las filas Desktop, Portable (portátil).

La famosa matriz de Steve Jobs que simplifica la cartera de productos

Luego, cada categoría estuvo representada por una computadora. La computadora de escritorio para las masas fue la colorida iMac, mientras que los profesionales obtuvieron la Power Mac. El papel de ordenador portátil de los profesionales lo asumió el PowerBook, y la famosa última pieza del rompecabezas pasó a ser el iBook de colores.

Vio la luz hace veinte años, el 21 de julio de 1999 en la Macworld Expo de Nueva York. El espectacular espectáculo incluyó no sólo la presentación de la máquina, sino también una divertida demostración de las capacidades de Wi-Fi. Definitivamente, este no era el estándar en las computadoras portátiles destinadas a usuarios comunes, y Apple aprovechó esto desde el punto de vista tecnológico y de marketing. Durante su presentación, Steve Jobs hizo girar un iBook abierto y Phil Schiller incluso saltó al escenario desde lo alto del telón en honor a la misión Apolo 11.

El resto de parámetros técnicos eran típicamente "Apple". El iBook dependía de un procesador PowerPC G3 de 300 MHz, tenía un disco duro de 3,2 GB, 32 MB de RAM, una tarjeta gráfica ATi Rage, Ethernet 10/100 y un CD-ROM. La pantalla de doce pulgadas ofrecía una resolución de 800 x 600 píxeles. La computadora tenía un teclado completo y un trackpad.

El anuncio promocionaba el iBook como un iMac portátil.

El papel principal es el diseño.

Por el contrario, no tenía FireWire, salida de vídeo ni micrófono. Solo cabe un altavoz y un USB. Los usuarios tuvieron que comprar el AirPort Wi-Fi 802.11b anunciado. Las generaciones posteriores finalmente agregaron algunos de los puertos que faltaban, en particular la salida de video y FireWire.

Sin embargo, el ordenador cautivó por completo con su diseño innovador. Apple optó por una combinación de plásticos endurecidos blancos con caucho. La goma se ofreció inicialmente en dos colores, azul arándano y naranja mandarina. Con el tiempo, se agregaron Graphite, Indigo y Key Lime. También quedó impresionado por el asa, que permitía transportar el ordenador como si fuera un bolso. Por otro lado, el iBook, con sus 3 kg de peso, galopó bastante entre los portátiles de su categoría.

Aunque el iBook no era uno de los dispositivos más baratos, el precio de 1 dólares no fue un gran impedimento y se convirtió en un éxito de ventas. Gracias a la combinación de diseño y conexión inalámbrica, merece reconocimiento.

Fuente: MacRumors

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