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Con la llegada del Apple Watch de cerámica (o más precisamente, de circonio-cerámica), que sustituyó al no muy exitoso oro, también comenzaron las especulaciones sobre la posible aparición del iPhone 8 con la misma funda. Sin embargo, lo más probable es que esto no suceda y existen varias razones para ello. Probablemente el más fundamental esté en la tecnología que Apple utiliza para la producción de iPhones y otros productos.

Sobre este tema dirigido en tu blog Delicias atómicas El diseñador de producto Greg Koenig, quien fue alentado a hacerlo por un profesional. discusión en el foro de Quora, del que ya estamos hablando en relación con el Watch y los posibles iPhones cerámicos ellos escribieron. Koenig explica por qué el equipo de diseño industrial dirigido por Jony Ive no se alejará simplemente del aluminio, magníficamente mecanizado de diversas formas en los talleres de Apple, y lo sustituirá por cerámica de circonio, el material que viene con el cuerpo del segundo. -Generación Watch Edition.

La razón principal es la técnica de producción. Apple ahora puede producir aproximadamente un millón de iPhones por día con una tolerancia de fabricación de 10 micrómetros (una centésima de milímetro). Para lograr tales resultados, es necesario contar con una orquesta perfectamente sincronizada de tecnología y mano de obra. Se estima que se necesitan alrededor de 20 máquinas CNC para producir la cantidad diaria, que pueden manejar las exigentes operaciones desde el mecanizado inicial hasta el fresado y el alisado final, con un cuerpo de aluminio que tarda de 3 a 4 minutos.

También es interesante que Apple posee el mayor número de máquinas CNC del mundo; también debido al proceso de producción antes mencionado, tiene aproximadamente 40.

Si la empresa de Cook quisiera empezar a producir iPhones a partir de otro material (en este caso, cerámica), tendría que transformar radicalmente toda la estrategia de dicha producción, que ha sido mejorada constantemente desde el lanzamiento del MacBook Air, que fue el El primero en venir con un chasis fabricado en una sola pieza de aluminio. Koenig menciona tres formas en que Apple podría lograr ese cambio.

El primero es, por ejemplo, la selección de un material que pueda sustituirse fácilmente por el original sin que se noten tiempos ni otros retrasos en la producción. Apple hizo lo mismo con el aluminio, cuando preparó una versión más duradera de la "Serie 6" para el Watch y el iPhone 7000S, cuya producción no es mucho más exigente.

Otra opción es buscar un material que no requiera tantas máquinas. En el contexto de Apple, y dada su conocida asociación, se está considerando el metal líquido a partir del cual se moldearía por inyección el chasis del iPhone. De las 20 máquinas CNC actuales, es muy posible que Apple necesite sólo una fracción del orden de cientos de piezas para metal líquido. Por otro lado, un cambio tan material representa un enorme desafío técnico y tecnológico, que está dentro de las fuerzas y recursos de Apple, pero la pregunta es si realmente es tan fácil de realizar.

La tercera forma es reemplazar las máquinas CNC originales por otras nuevas que puedan manejar el nuevo material. Sin embargo, teniendo en cuenta el número necesario de máquinas, la cosa no es tan sencilla, y los fabricantes que suministran a Apple dicha tecnología necesitarían aparentemente al menos tres años para la producción, ya que en promedio pueden producir un máximo de unas 15 unidades al año. No es realista esperar hasta septiembre del próximo año, cuando se supone que verá la luz el nuevo iPhone. Y mucho menos ajustarlos correctamente después. Si Apple tomara estas medidas de todos modos, lo habría sabido hace mucho tiempo.

Además, surge la pregunta de por qué Apple querría realmente cambiar algo que le funciona tan bien. Es la cima absoluta en el procesamiento del aluminio. Productos como Mac, iPhone, iPad y Watch se basan en una sola pieza de este material que pasa por precisos pasos de fabricación hasta alcanzar su icónica perfección. Una perfección sobre la que, entre otras cosas, la empresa construye su nombre. Deshacerse del aluminio en su dispositivo más vendido, el iPhone, no tendría mucho sentido para Apple en este momento.

De cualquier manera, la compañía de Cupertino tiene entre manos un material interesante -volvemos a la cerámica- que puede justificarse. Es seguro decir que Jony Ive no habría experimentado ni comercializado posteriormente cerámicas de circonio si no estuviera convencido de que funcionaría. Quizás el mundo vea alguna edición cerámica más exclusiva del iPhone 8 con un estilo similar a la versión Jet Black de los buques insignia actuales, o habrá modelos que se complementarán con cerámica, pero el cambio general de material para todos los nuevos iPhones no puede se espera hasta el próximo año. ¿Es siquiera de esperarse?

Fuente: Delicias atómicas
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