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Actualmente parece que la era del software bajo licencia, que estuvo a la vanguardia con Microsoft Windows y que prevaleció aquí durante varias décadas, está llegando a su fin para siempre. Hasta hace poco, el modelo de software bajo licencia se consideraba la única forma posible de abordar la venta de tecnología informática.

La idea de que el camino del software bajo licencia era el único camino a seguir se arraigó durante la década de 1990, basándose en el éxito monumental de Microsoft, y siempre fue reivindicada cuando algunos de los dispositivos integrados de la época, como Amiga, Atari ST, Acorn , Comodoro o Arquímedes.

En ese momento, Apple era la única empresa que producía dispositivos integrados sin ninguna interferencia de Microsoft, y también era un momento muy difícil para Apple.

Dado que el modelo de software con licencia se consideró la única solución viable, posteriormente hubo muchos intentos de seguir a Microsoft y también seguir la ruta del software con licencia. Probablemente el más famoso sea OS/2 de IBM, pero Sun con su sistema Solaris o Steve Jobs con su NeXTSTEP también idearon sus propias soluciones.

Pero el hecho de que nadie fuera capaz de alcanzar el mismo nivel de éxito con su software que Microsoft sugería que algo podría andar muy mal.

Resulta que el modelo de software licenciado que eligió Microsoft no es la opción más correcta y exitosa, pero debido a que Microsoft estableció un monopolio durante los años noventa del que nadie pudo defenderse, y debido a que abusó de sus socios de hardware durante décadas, fue capaz de vencer con su software con licencia. En todo esto le ayudaron en todo momento los medios de comunicación que informaban sobre el mundo de la tecnología, que encubrían los fallos y las prácticas desleales de Microsoft y siempre lo glorificaban ciegamente, y todo ello a pesar de la desaprobación de los periodistas independientes.

Otro intento de probar el modelo de software con licencia se produjo a principios de la década de 21, cuando a Palm no le fue bien en las ventas de su Asistente Digital Personal (PDA). En aquel entonces, todo el mundo aconsejaba a Palm, basándose en la tendencia actual, exactamente lo que le aconsejaría Microsoft, que es dividir su negocio en una parte de software y otra de hardware. Aunque en su momento el fundador de Palm, Jeff Hawkins, logró utilizar una estrategia similar a la de Apple para lanzar al mercado Treos, es decir, un pionero entre los smartphones, la próxima continuación del modelo de Microsoft llevó a Palm al borde de la ruina. La empresa se dividió en la parte de software de PalmSource y la parte de hardware de PalmOne, el único resultado de lo cual fue que los clientes estaban realmente confundidos y ciertamente no les reportó ningún beneficio. Pero lo que finalmente acabó con Palm por completo fue en realidad el iPhone.

A finales de los años 90, Apple decidió hacer algo completamente insólito en una época en la que dominaba el software bajo licencia: producir dispositivos integrados. Apple, bajo el liderazgo de Steve Jobs, se centró en algo que nadie en el mundo de las computadoras podía ofrecer en ese momento: una conexión innovadora, creativa y estrecha entre hardware y software. Pronto se le ocurrieron dispositivos integrados como los nuevos iMac o PowerBook, que ya no eran sólo dispositivos incompatibles con Windows, sino también sorprendentemente innovadores y creativos.

En 2001, sin embargo, Apple inventó el entonces completamente desconocido dispositivo iPod, que en 2003 logró conquistar el mundo entero y reportar enormes ganancias a Apple.

A pesar de que los medios de comunicación que informaban sobre el mundo de la tecnología informática se negaron a tener en cuenta la dirección en la que comenzaban a tomar estas tecnologías, el desarrollo futuro de Microsoft poco a poco se iba aclarando. Por ello, entre 2003 y 2006, comenzó a trabajar en su propia variación del tema del iPod con el fin de presentar su propio reproductor Zune el 14 de noviembre de 2006.

A nadie puede sorprender, sin embargo, que a Microsoft le haya ido tan mal en el campo de las tecnologías integradas como a Apple en el campo del software bajo licencia, y que el Zune se haya visto acompañado de vergüenza en todas sus generaciones.

Sin embargo, Apple fue más allá y en 2007 presentó el primer iPhone, que en un cuarto de año superó en ventas los intentos de Microsoft de obtener software con licencia para teléfonos móviles con Windows CE/Windows Mobile.

Microsoft no tuvo más remedio que comprar una empresa por 2008 millones de dólares, gracias a la cual pudo emprender el camino de los dispositivos móviles integrados. Por lo tanto, en XNUMX absorbió el entonces relativamente popular dispositivo móvil Danger, cofundado por Andy Rubin, que en realidad fue un precursor de Android, porque en términos de su parte de software, era un sistema basado en Java y Linux.

Microsoft hizo exactamente lo mismo con Danger que con todas sus adquisiciones, metiéndoselo imprudentemente en la garganta.

Lo que surgió de Microsoft fue el KIN, el primer dispositivo móvil integrado de Microsoft que duró 48 días en el mercado. Comparado con el KIN, el Zune siguió siendo un gran éxito.

Probablemente ya no sorprenda que cuando Apple lanzó el iPad, que fácilmente se ganó el favor de todo el mundo, Microsoft, junto con su socio de muchos años HP, se apresuraron a presentar su respuesta en forma de la tableta Slate PC, de del que sólo se produjeron unos pocos miles de unidades.

Por lo tanto, sólo es una cuestión de qué hará Microsoft con el moribundo Nokia, al que actualmente se está metiendo en la garganta.

Es sorprendente cuán ciegos han estado los medios tecnológicos al no poder ver la erosión continua del modelo de software con licencia que Apple ha causado con sus productos integrados. ¿De qué otra manera explicar el entusiasmo que el naciente Android cosechó en estos medios? Los medios lo consideraron el sucesor de Microsoft, de quien Android tomaría el dominio del software bajo licencia.

Estantes de software en la Apple Store.

Google se ha asociado con HTC para crear el Nexus, un dispositivo que funciona exclusivamente con Android. Pero después de que este experimento fracasara, esta vez Google se asoció con Samsung para crear dos fracasos más, el Nexus S y el Galaxy. Su última incursión en el mundo de los teléfonos inteligentes provino de una asociación con LG que generó el Nexus 4, otro Nexus que nadie compra mucho.

Pero así como Microsoft quería su cuota de mercado de tablets, también lo quería Google, por lo que en 2011 se centró en retocar Android 3 para tablets, pero el resultado fue tal desastre que se hablaba de toneladas de tablets Nexus llenando almacenes repartidos por todo el mundo. .

En 2012, Google se asoció con Asus para crear la tableta Nexus 7, que era tan terrible que incluso los fanáticos más acérrimos de Android admitieron que era una vergüenza para la empresa. Y aunque en 2013 Google corrigió una parte importante de los errores, no se puede decir que nadie confiaría mucho en sus tabletas.

Sin embargo, Google no sólo ha seguido a Microsoft en su modelo de software bajo licencia y en sus pifias tanto en el ámbito de los smartphones como en el de las tablets, sino que también lo copia fielmente en el marco de adquisiciones sobrevaloradas.

Creyendo que Google irrumpiría en el mercado de dispositivos integrados con tanto éxito como Apple, compró Motorola Mobility en 2011 por 12 millones de dólares, pero acabó costándole a Google muchos más miles de millones de los que jamás habría podido ganar con la adquisición.

Por tanto, se puede decir que es fascinante ver los pasos paradójicos que están dando empresas como Microsoft y Google y cuántos miles de millones están gastando para se convirtieron en una empresa como Apple, aunque todo el mundo ya sabe que el modelo de software con licencia hace tiempo que murió.

Fuente: AppleInsider.com

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