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En los últimos años, Apple se ha enfrentado a menudo a críticas considerables. Sus oponentes y algunos fanáticos lo culpan por no ser más innovador. Si miramos un poco hacia atrás en la historia, podemos encontrar claramente algo en estas declaraciones y tenemos que admitir que no son sólo palabras vacías. En el pasado, el gigante de Cupertino logró conmocionar al mundo con la llegada de sus primeros ordenadores. Luego experimentó su mayor auge con la llegada del iPod y del iPhone, que incluso definieron la forma de los teléfonos inteligentes actuales. Desde entonces, sin embargo, la acera está tranquila.

Por supuesto, desde la época del primer iPhone (2007), la cartera de Apple ha sufrido enormes cambios. Por ejemplo, tenemos las tabletas iPad de Apple, los relojes inteligentes Apple Watch, el iPhone ha experimentado grandes cambios con la versión X y las Mac han avanzado muchísimo. Pero cuando comparamos el iPhone con la competencia, podemos quedarnos congelados por la ausencia de algunos dispositivos. Mientras Samsung se ha lanzado de cabeza al desarrollo de teléfonos flexibles, Apple se mantiene relativamente quieta. Lo mismo ocurre cuando se mira al asistente de voz Siri. Desafortunadamente, está muy por detrás del Asistente de Google y Amazon Alexa. En términos de especificaciones, quizás sólo esté por delante en rendimiento: los chips de la competencia no pueden igualar los chipsets de la familia Apple A-Series, que también están excelentemente optimizados para ejecutar el sistema operativo iOS.

Una apuesta segura

Apple ha logrado lo prácticamente imposible a lo largo de los años. La empresa no sólo vendió cientos de miles de dispositivos, sino que al mismo tiempo logró construirse una reputación sólida y una base de seguidores considerable y, sobre todo, leal. Después de todo, gracias a esto, una "pequeña" empresa se ha convertido en un gigante global con un enorme alcance. Después de todo, Apple es también la empresa más valiosa del mundo con una capitalización de mercado superior a los 2,6 billones de dólares estadounidenses. Cuando nos demos cuenta de este hecho, las acciones de Apple nos parecerán un poco más comprensibles. Desde esta posición, el gigante ya no quiere embarcarse en proyectos inciertos y apuesta por la certeza. Las mejoras pueden llegar más lentamente, pero hay más certeza de que no se perderán.

Pero hay margen para el cambio, y ciertamente no es pequeño. Por ejemplo, en el iPhone se viene discutiendo desde hace mucho tiempo la eliminación del recorte superior, que se ha convertido en un dolor de cabeza para muchos fans de Apple. Del mismo modo, suele especularse sobre la llegada de un iPhone flexible o, en el caso de las tablets de Apple, una mejora fundamental del sistema operativo iPadOS. Pero eso no cambia el hecho de que siguen siendo dispositivos perfectos que, en muchos sentidos, superan a la competencia. Por el contrario, deberíamos estar contentos con el resto de teléfonos y tabletas. La competencia sana es beneficiosa y ayuda a todas las partes a innovar. También tenemos disponibles varios modelos de alta calidad, entre los que sólo tienes que elegir.

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¿Está Apple marcando la dirección? Más bien, forja su propio camino.

A pesar de esto, podemos más o menos determinar que Apple no ha asumido el papel de innovador que determinaría la dirección durante algún tiempo. Sin embargo, puede que este no sea siempre el caso. Hasta ahora hemos omitido intencionalmente un segmento crucial. Las computadoras Apple están disfrutando de una gran transformación a partir de 2020, cuando específicamente Apple reemplaza los procesadores de Intel con su propia solución denominada Apple Silicon. Gracias a esto, los Mac ofrecen un mayor rendimiento con un menor consumo energético. Y es en este campo donde Apple hace maravillas. Hasta la fecha, ha logrado traer 4 chips, que cubren tanto Mac básicos como más avanzados.

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Incluso en esta dirección, el gigante de Cupertino no determina el rumbo. La competencia sigue confiando en soluciones fiables como los procesadores Intel o AMD, que construyen sus CPU en la arquitectura x86. Apple, sin embargo, tomó un camino diferente: sus chips se basan en la arquitectura ARM, por lo que en esencia es lo mismo que alimenta nuestros iPhones, por ejemplo. Esto conlleva ciertos inconvenientes, pero quedan bien compensados ​​por un excelente rendimiento y economía. En este sentido, se puede decir que la compañía de la manzana simplemente está abriendo su propio camino, y parece que lo está consiguiendo. Gracias a esto, ya no depende de los procesadores Intel y, por tanto, tiene un mejor control sobre todo el proceso.

Aunque para los fans de Apple la transición a Apple Silicon pueda parecer una gran revolución tecnológica que cambia por completo las reglas del juego, lamentablemente al final no es así. Los chips Arma ciertamente no son los mejores y siempre podemos encontrar mejores alternativas en la competencia. Apple, por el contrario, apuesta por la tantas veces mencionada economía y por la excelente integración de hardware y software, que desde hace años demuestra ser absolutamente crucial para los iPhone.

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