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Cuando apareció el primer iPhone en Macworld en 2007, los espectadores quedaron asombrados y se escuchó un fuerte "wow" en toda la sala. Ese día se empezó a escribir un nuevo capítulo de los teléfonos móviles, y la revolución que tuvo lugar ese día cambió la faz del mercado móvil para siempre. Pero hasta entonces, el iPhone ha atravesado un camino espinoso y nos gustaría compartir esta historia con vosotros.

Todo empezó en 2002, poco después del lanzamiento del primer iPod. Ya entonces Steve Jobs pensaba en el concepto de teléfono móvil. Vio a muchas personas llevando sus teléfonos, BlackBerry y reproductores de MP3 por separado. Después de todo, la mayoría preferiría tener todo en un solo dispositivo. Al mismo tiempo, sabía que cualquier teléfono que también fuera un reproductor de música competiría directamente con su iPod, por lo que no tenía dudas de que tenía que ingresar al mercado móvil.

En aquel momento, sin embargo, se interpusieron muchos obstáculos en su camino. Estaba claro que el teléfono iba a ser algo más que un dispositivo con reproductor MP3. También debería ser un dispositivo de Internet móvil, pero la red en ese momento estaba lejos de estar preparada para eso. Otro obstáculo fue el sistema operativo. El sistema operativo iPod no era lo suficientemente sofisticado para manejar muchas de las otras funciones del teléfono, mientras que el sistema operativo Mac era demasiado complejo para que lo manejara un chip móvil. Además, Apple enfrentaría una fuerte competencia de empresas como el Palm Treo 600 y los populares teléfonos BlackBerry de RIM.

Sin embargo, el mayor obstáculo fueron los propios operadores. Ellos dictaron las condiciones del mercado móvil y los teléfonos se fabricaban prácticamente por encargo. Ninguno de los fabricantes tenía margen de maniobra para fabricar los teléfonos que Apple necesitaba. Los operadores veían los teléfonos más bien como hardware a través del cual las personas podían comunicarse a través de su red.

En 2004, las ventas de iPod alcanzaron una cuota de alrededor del 16%, lo que supuso un hito importante para Apple. Al mismo tiempo, sin embargo, Jobs sintió la amenaza de los teléfonos cada vez más populares que operaban en la rápida red 3G. Pronto aparecieron los teléfonos con módulo WiFi y los precios de los discos de almacenamiento cayeron imparablemente. Por tanto, el dominio anterior de los iPod podría verse amenazado por los teléfonos combinados con un reproductor MP3. Steve Jobs tuvo que actuar.

Aunque en el verano de 2004 Jobs negó públicamente que estuviera trabajando en un teléfono móvil, se asoció con Motorola para sortear el obstáculo que planteaban los operadores. El director ejecutivo en ese momento era Ed Zander, anteriormente de Sun Microsystems. Sí, el mismo Zander que Compré Apple casi con éxito hace años. En aquella época, Motorola tenía una gran experiencia en la producción de teléfonos y, sobre todo, un modelo RAZR de gran éxito, al que apodaron "Razor". Steve Jobs hizo un trato con Zandler, con Apple desarrollando el software de música, mientras que Motorola y el entonces operador, Cingular (ahora AT&T), acordaron los detalles técnicos del dispositivo.

Pero resultó que la cooperación de tres grandes empresas no fue la elección correcta. Apple, Motorola y Cingular han tenido grandes dificultades para ponerse de acuerdo prácticamente en todo. Desde la forma en que se grabará la música en el teléfono, hasta cómo se almacenará y cómo se mostrarán los logotipos de las tres empresas en el teléfono. Pero el mayor problema del teléfono era su apariencia: era realmente feo. El teléfono se lanzó al mercado en septiembre de 2005 con el nombre de ROKR y con el subtítulo iTunes Phone, pero resultó ser un gran fiasco. Los usuarios se quejaron de la poca memoria, que sólo podía contener 100 canciones, y pronto el ROKR se convirtió en un símbolo de todo lo malo que representaba la industria móvil en ese momento.

Pero medio año antes del lanzamiento, Steve Jobs sabía que el camino hacia el estrellato móvil no pasaba por Motorola, por lo que en febrero de 2005 comenzó a reunirse en secreto con representantes de Cingular, que luego fue adquirida por AT&T. Jobs dejó un mensaje claro a los funcionarios de Cingular en ese momento: "Tenemos la tecnología para crear algo verdaderamente revolucionario que estará a años luz de otros". Apple estaba dispuesta a cerrar un acuerdo exclusivo de varios años, pero al mismo tiempo se preparaba para tomar prestada la red móvil y así convertirse esencialmente en un operador independiente.

En aquel momento, Apple ya tenía mucha experiencia con pantallas táctiles, ya que llevaba un año trabajando en una pantalla para tablet PC, que era la intención a largo plazo de la empresa. Sin embargo, aún no era el momento adecuado para las tabletas y Apple prefirió redirigir su atención hacia un teléfono móvil más pequeño. Además, en ese momento se introdujo un chip en la arquitectura. ARM11, que podría proporcionar suficiente energía para un teléfono que también se supone que es un dispositivo portátil de Internet y un iPod. Al mismo tiempo, podría garantizar el funcionamiento rápido y sin problemas de todo el sistema operativo.

A Stan Sigman, entonces director de Cingular, le gustó la idea de Jobs. En ese momento, su empresa estaba tratando de impulsar los planes de datos de los clientes y, con el acceso a Internet y las compras de música directamente desde el teléfono, el concepto de Apple parecía un gran candidato para una nueva estrategia. Sin embargo, el operador tuvo que cambiar el sistema tradicional, que se beneficiaba principalmente de contratos de varios años y minutos de conversación telefónica. Pero la venta de teléfonos baratos subsidiados, que se suponía atraería a clientes nuevos y actuales, poco a poco dejó de funcionar.

Steve Jobs hizo algo sin precedentes en ese momento. Consiguió obtener libertad y total libertad sobre el desarrollo del propio teléfono a cambio de un aumento en las tarifas de datos y la promesa de exclusividad y atractivo sexual que presentaba el fabricante del iPod. Además, Cingular debía pagar diezmos por cada venta de iPhone y cada factura mensual de un cliente que comprara un iPhone. Hasta el momento ningún operador ha permitido algo similar, algo que incluso el propio Steve Jobs pudo comprobar durante las infructuosas negociaciones con el operador Verizon. Sin embargo, Stan Singman tuvo que convencer a toda la junta directiva de Cingular para que aprobara este contrato inusual con Jobs. Las negociaciones duraron casi un año.

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Fuente: Wired.com
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