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La llegada de Apple Silicon marcó el comienzo de una nueva era de las computadoras Apple. Esto se debe a que obtuvimos un rendimiento significativamente mayor y un menor consumo de energía, lo que dio nueva vida a las Mac y aumentó significativamente su popularidad. Dado que los nuevos chips son esencialmente mucho más económicos en comparación con los procesadores de Intel, ni siquiera sufren los famosos problemas de sobrecalentamiento y prácticamente siempre mantienen la "cabeza fría".

Después de cambiar a una Mac más nueva con un chip Apple Silicon, muchos usuarios de Apple se sorprendieron al descubrir que estos modelos ni siquiera se calientan lentamente. Una prueba clara es, por ejemplo, el MacBook Air. Es tan económico que puede prescindir por completo de una refrigeración activa mediante ventilador, algo que hasta ahora no era posible. A pesar de esto, el Air puede hacer frente fácilmente, por ejemplo, a los juegos. Después de todo, arrojamos algo de luz sobre esto en nuestro artículo sobre juegos en MacBook Air, cuando probamos varios títulos.

Por qué Apple Silicon no se sobrecalienta

Pero pasemos a lo más importante, o por qué los Mac con chip Apple Silicon no se calientan tanto. Varios factores juegan a favor de los nuevos chips, que posteriormente también contribuyen a esta gran característica. Para empezar, conviene mencionar las diferentes arquitecturas. Los chips Apple Silicon se basan en la arquitectura ARM, que es típica de su uso, por ejemplo, en teléfonos móviles. Estos modelos son mucho más económicos y pueden prescindir fácilmente de la refrigeración activa sin perder rendimiento de ningún modo. El uso del proceso de fabricación de 5 nm también juega un papel importante. En principio, cuanto más pequeño sea el proceso de producción, más eficiente y económico será el chip. Por ejemplo, el Intel Core i5 de seis núcleos con una frecuencia de 3,0 GHz (con Turbo Boost de hasta 4,1 GHz), que supera al Mac mini actualmente vendido con CPU Intel, se basa en el proceso de producción de 14 nm.

Sin embargo, un parámetro muy clave es el consumo de energía. Aquí se aplica una correlación directa: cuanto mayor es el consumo de energía, más probable es que se genere calor adicional. Al fin y al cabo, precisamente por eso Apple apuesta por la división de núcleos en económicos y potentes en sus chips. A modo de comparación, podemos tomar el chipset Apple M1. Ofrece 4 núcleos potentes con un consumo máximo de 13,8 W y 4 núcleos económicos con un consumo máximo de tan solo 1,3 W. Es esta diferencia fundamental la que juega el papel principal. Dado que durante el trabajo normal de oficina (navegar por Internet, escribir correos electrónicos, etc.) el dispositivo no consume prácticamente nada, lógicamente no tiene forma de calentarse. Por el contrario, la generación anterior de MacBook Air tendría un consumo de 10 W en tal caso (con la carga más baja).

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Los chips Apple Silicon dominan la relación potencia-consumo

optimización

Aunque es posible que los productos Apple no parezcan los mejores sobre el papel, siguen ofreciendo un rendimiento impresionante y funcionan más o menos sin problemas. Pero la clave para esto no es sólo el hardware, sino su buena optimización en combinación con el software. Esto es precisamente en lo que Apple basa sus iPhone desde hace años, y ahora transfiere el mismo beneficio al mundo de los ordenadores Apple, que, en combinación con sus propios conjuntos de chips, se encuentran en un nivel completamente nuevo. La optimización del sistema operativo con el propio hardware da así sus frutos. Gracias a esto, las propias aplicaciones son un poco más suaves y no requieren tanta potencia, lo que naturalmente reduce su efecto sobre el consumo y la posterior generación de calor.

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