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Mi configuración de trabajo hace que una tableta Apple sea un 90% mejor o similar a una computadora para mis propósitos. En el otro 10%, gestiono las tareas laborales en el iPad, aunque de forma un poco diferente a lo que hubiera imaginado y, a veces, no tan cómodamente. Pero, ¿cómo es mi jornada laboral normal con el iPad, cómo lo uso y cuándo necesito conectar un accesorio en forma de teclado?

En este momento en el que casi todas las instituciones educativas están cerradas, me uno a clases y conferencias online. Nos ocupamos de los asuntos escolares a través de Google Meet, pero tampoco soy ajeno a Microsoft Teams o Zoom. Por supuesto, tengo que completar las tareas asignadas, para lo cual utilizo la suite ofimática de Apple, así como de Google y Microsoft. Ni que decir tiene que existen aplicaciones de agenda nativas, un navegador web, varios blocs de notas o programas de comunicación como iMessage, Signal o Messenger.

Así es como se ve el iPad inspirado en el iPhone X:

Como probablemente puedas adivinar, el trabajo escolar no exige el rendimiento del procesador en la gran mayoría de los casos. Lo mismo se puede decir del azul pálido al escribir textos, para lo cual me siento más cómodo con la herramienta casi omnipotente Ulises. Además de estas actividades, en el iPad trabajo con archivos de audio, compongo música o grabo sonido, y este trabajo ya agota bastante la tableta. Pero, ¿para qué acciones necesito un teclado y cuándo puedo prescindir de él sin mayores problemas?

Como escribo mucho texto, sinceramente no puedo imaginar mi trabajo sin el teclado de una tableta; por otro lado, no lo uso con tanta frecuencia como muchos podrían pensar. Es cierto que con la ayuda de atajos de teclado es posible ser más rápido con el lector de pantalla en determinadas acciones que en la pantalla táctil, pero yo personalmente adapté los gestos para muchas acciones en el iPad. Además, si uso una determinada aplicación con frecuencia, recuerdo dónde se encuentran los objetos individuales en la pantalla, gracias a lo cual puedo controlar cómodamente la tableta. Por eso uso el teclado cuando escribo artículos más largos y trabajos más completos o cuando creo proyectos. Sin embargo, ya sea que me conecte a videoconferencias, maneje correspondencia, escriba datos simples en hojas de cálculo o tal vez corte archivos, el teclado está sobre la mesa.

Si usted es un usuario ciego o vidente y desea una tableta Apple para trabajos de oficina más complejos, no solo para consumir contenido, probablemente no pueda prescindir de un teclado. Sin embargo, soy partidario de comprar una tableta precisamente porque, entre otras cosas, te sientes cómodo trabajando solo en la pantalla táctil, y también por su ligereza, portabilidad y la posibilidad de cogerla en cualquier momento sin necesidad de teclado. Entiendo que para una persona ciega puede resultar un poco incómodo usar un dispositivo táctil al principio, pero puedes personalizar los gestos de VoiceOver, lo que lo hace tan eficiente como los atajos de teclado en muchas situaciones.

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