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A partir de 2018, el iPad Pro cambió a un puerto USB-C universal. No sólo para cargar sino también para conectar otros periféricos y accesorios. Desde entonces, le siguió el iPad Air (cuarta generación) y actualmente también el iPad mini (sexta generación). Este puerto añade así muchas posibilidades a los dispositivos. Puedes conectarles un monitor, pero también puedes conectar Ethernet y mucho más. 

Aunque su conector es el mismo en todos los dispositivos, debes recordar que sólo con el iPad Pro podrás aprovechar al máximo sus opciones. Específicamente con su último lanzamiento. En concreto, se trata del iPad Pro de 12,9" de 5ª generación y el iPad Pro de 11" de 3ª generación. En los otros modelos Pro, iPad Air y iPad mini, es sólo un simple USB-C.

Los iPad Pro son de primera categoría 

El iPad Pro de 12,9.ª generación de 5" y el iPad Pro de 11.ª generación de 3" incluyen un conector Thunderbolt/USB 4. Por supuesto, funciona con todos los conectores USB-C existentes, pero también abre un enorme ecosistema de los accesorios más potentes para iPad. . Se trata de almacenamiento rápido, monitores y, por supuesto, bases. Pero su ventaja está precisamente en el monitor, cuando puedes conectarle fácilmente un Pro Display XDR y utilizar la resolución completa de 6K. Apple afirma que el rendimiento de su conexión por cable a través de Thunderbolt 3 es de hasta 40 Gb/s, y afirma el mismo valor para USB 4. USB 3.1 Gen 2 proporcionará hasta 10 Gb/s.

Placa del Motor

En el caso del último iPad mini, la compañía declara que su USB-C admite DisplayPort y USB 3.1 Gen 1 (hasta 5 Gb/s) además de carga. Sin embargo, incluso el USB-C de otros iPads te ofrece la opción de conectar cámaras o pantallas externas. Con la base adecuada, también puedes conectar tarjetas de memoria, unidades flash e incluso un puerto Ethernet.

Un hongo para gobernarlos a todos 

Hoy en día, existe una gran cantidad de concentradores diferentes en el mercado que pueden llevar la funcionalidad de su iPad a un nivel completamente diferente. Al fin y al cabo, han pasado tres años desde la presentación del primer iPad con USB-C, por lo que los fabricantes han tenido tiempo de reaccionar en consecuencia. En cualquier caso, es recomendable fijarse en la compatibilidad de los accesorios, porque puede suceder fácilmente que el concentrador en cuestión esté diseñado para MacBooks y no funcione correctamente con un iPad.

Al elegir, también es recomendable tener en cuenta cómo se conecta el concentrador en cuestión al iPad. Algunos están pensados ​​para conexión fija directamente al conector, mientras que otros tienen un cable extendido. Cada solución tiene sus pros y sus contras, siendo la primera principalmente la posible incompatibilidad con algunas fundas. El segundo ocupa más espacio en la mesa y es más fácil de desconectar si lo derribas accidentalmente. También preste atención a si el concentrador en cuestión permite la carga. 

Un ejemplo de qué puertos puede utilizar para ampliar su iPad con un concentrador adecuado: 

  • HDMI 
  • Ethernet 
  • Gigabit Ethernet 
  • USB 2.0 
  • USB 3.0 
  • Cable 
  • lector de tarjetas SD 
  • conector de audio 
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