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A principios de abril, el Ministerio de Educación, Juventud y Deportes, a través del Programa Operativo de Educación para la Competitividad, publicó una interesante convocatoria para escuelas primarias y secundarias sobre la integración de las tecnologías de la información y la comunicación en la enseñanza, que en este caso significa principalmente la uso de dispositivos móviles. Sin embargo, hasta ayer la convocatoria tenía un inconveniente importante: excluía los iPads de la selección.

El Programa Operativo Educación para la Competitividad, cofinanciado por el Fondo Social Europeo y el presupuesto estatal de la República Checa, y sus Desafío 51 se supone que aportará 600 millones de coronas a las escuelas primarias y secundarias, que se utilizarán, por un lado, para la formación de directores y profesores en el ámbito de las tecnologías modernas y su uso en la enseñanza, y, por otro, para la compra de tabletas, netbooks o portátiles seleccionados. El Ministro de Educación presentó que las escuelas que se inscriban en el programa y tengan éxito podrán elegir ellos mismos la plataforma y la tecnología.

Pero la documentación mostró algo más. Los requisitos recomendados para el aspecto técnico del dispositivo excluyeron por completo los iPads de la posible selección. ¿Razón? Los iPad no tienen 2 GB de memoria operativa, como exige el Ministerio de Educación para las tabletas. Una petición bastante absurda cuando nos damos cuenta de que se están seleccionando dispositivos destinados a la enseñanza, donde el alto rendimiento no es definitivamente la máxima prioridad. Por el contrario, se deben abordar aspectos como la facilidad de uso, la conectividad y, lo más importante, la idoneidad del producto para su implementación en la enseñanza.

Lo absolutamente esencial es la idoneidad del producto para su uso con fines de estudio, porque a los estudiantes se les pueden comprar las tabletas más potentes, pero si los niños no pueden leer cómodamente un libro de texto o ejecutar una aplicación adecuada en ellos, la implementación de la tecnología en las escuelas serán ineficaces. Y podemos decir de manera bastante objetiva que Apple está muy por delante de la competencia en la adaptación de su producto para su uso en educación. Sus iPads ofrecen tanto una amplia gama de aplicaciones educativas (incluida su sencilla creación) como un control sencillo, tanto por parte del alumno como del profesor.

No es que los sistemas operativos de la competencia, como Android de Google, sean completamente inutilizables en las escuelas, pero Apple tiene en su mano la mayoría de las cartas de triunfo con su ecosistema. Por eso hubo una gran ola de ira en Internet (ver aquí, aquí si aquí), cuando los promotores de los productos de la manzana en la educación -y que cada año aumentan significativamente en nuestro país- se quejaron de que era absurdo que los iPads no pudieran participar en un programa así.

Jiří Ibl incluso envió carta abierta al Ministro de Educación, donde le llama la atención sobre esta imperfección de la convocatoria y le pide que revise los requisitos, y maravilla del mundo, el Ministerio de Educación escuchó la solicitud. Ayer se cambió la documentación del Challenge 51 y ya no se exige que las tabletas tengan al menos 2 GB de memoria interna, sino la mitad. Eso significa que los iPads están de vuelta en el juego.

La redacción de los requisitos del sistema operativo también ha cambiado. Ahora es necesario que la tableta contenga un "sistema operativo correspondiente", lo cual, sin embargo, no debería ser un problema con iOS, como reveló Jablíčkáři el Ing. Petr Juříček, principal contacto de la convocatoria. También especificó que el precio máximo del producto de 15 coronas también debería incluir el IVA para la tableta (esta información falta en el documento), pero esto no es un problema para las variantes inferiores del iPad.

Es positivo que incluso los burócratas checos sean capaces de darse cuenta del error que han cometido, especialmente cuando, en este caso, corregirlo puede contribuir positivamente a la modernización y mejora de la educación checa, aunque esto requiera mucho más que sólo 600 millones. del Desafío 51.

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