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Apple fue estrictamente una empresa de informática sólo en sus inicios. A medida que crecía, también se ampliaba su alcance: el gigante de Cupertino probó suerte en negocios en la industria de la música, la producción de dispositivos móviles o la gestión de diversos servicios, por ejemplo. Si bien se quedó en algunas de estas áreas, prefirió abandonar otras. En el segundo grupo también se incluye el proyecto en el que Apple quería poner en marcha una red de restaurantes propios llamada Apple Cafés.

Se suponía que los restaurantes Apple Café estaban ubicados en todo el mundo y, sobre todo, debían parecerse a una especie de Apple Story, donde, sin embargo, en lugar de comprar hardware o servicios, los visitantes podían tomar un refrigerio. El primero de la cadena de restaurantes se inauguraría a finales de 1997 en Los Ángeles. Al final, sin embargo, no se produjo ni la apertura de la primera sucursal ni el funcionamiento de la red de Apple Cafés como tal.

La empresa Mega Bytes International BVI, con sede en Londres, se convertiría en el socio de Apple en gastronomía. En la segunda mitad de los años noventa, el fenómeno de los cibercafés estaba relativamente extendido y era popular. En aquella época, la conexión a Internet no era una parte tan evidente del equipamiento de los hogares corrientes como lo es hoy, y mucha gente acudía, por un precio mayor o menor, a atender sus asuntos más o menos oscuros en cafés especializados, equipados con ordenadores con acceso a Internet. conexión. Las sucursales de la red Apple Café también se convertirían en cafeterías elegantes y más o menos lujosas. El concepto tenía mucho potencial, ya que en aquella época sólo el 23% de los hogares americanos disponían de conexión a Internet (mientras que en la República Checa a principios de 1998 56 direcciones IP). En aquella época también eran muy populares los restaurantes temáticos, como el Planet Hollywood. Así que la idea de una red de cibercafés con el tema de Apple no parecía destinada a fracasar a finales de los años 1990.

Las sucursales del Apple Café se caracterizarían por un interior de diseño retro, gran capacidad y equipamiento con conexión a Internet de alta calidad, ordenadores con CD-ROM y la posibilidad de realizar videoconferencias entre mesas individuales al estilo Face Time. Los cafés también debían incluir rincones de venta, donde los visitantes pudieran comprar souvenirs de Apple, pero también software. Además de Los Ángeles, Apple quería abrir sus Apple Cafés en Londres, París, Nueva York, Tokio y Sídney.

Por más extraña que pueda parecer hoy la idea de los Apple Cafés, la dirección de Apple en ese momento tenía pocos motivos para rechazarla. Después de todo, la popular cadena de snacks Chuck E. Cheese's fue fundada en 1977 por Nolan Bushnell, el padre de Atari. Al final, sin embargo, no llegó a buen término. La segunda mitad de los años noventa del siglo pasado no fue muy fácil para Apple, y el plan de lanzar su propia red de cibercafés finalmente se dio por sentado.

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Fuente: Culto de Mac

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