En 2013, el coche de Apple vio la luz. ¿Que no recuerdas ningún coche de la producción de la empresa de la manzana? En realidad no era un coche de Apple, sino el resultado de una colaboración entre Apple y Volkswagen.
Apple en camino
El Volkswagen iBeetle era un coche que se suponía debía tener el "diseño" de Apple, desde los colores hasta la base de conexión para iPhone integrada. Pero también incluía, por ejemplo, aplicaciones especiales con ayuda de las cuales los usuarios podían controlar las funciones del vehículo. El iBeetle se presentó en 2013 en el Salón del Automóvil de Shanghai. Casualmente, en aquel momento se especulaba mucho sobre un posible Apple Car, es decir, un vehículo inteligente producido por Apple.
Pero no era la primera vez que la compañía de la manzana quería olfatear la industria del automóvil. En 1980, Apple patrocinó a Porsche en la carrera de resistencia de 953 horas de Le Mans. Luego, el coche fue conducido por Allan Moffat, Bobby Rahal y Bob Garretson. Se trataba de un Porsche 3 K800 con un motor de seis cilindros y una potencia de XNUMX caballos. A pesar del equipamiento decente, el "primer iCar" se incendió: debido a un pistón derretido, el equipo tuvo que retirarse de la carrera de Le Mans, en carreras posteriores defendió "sólo" la tercera y séptima posición.
Integración de Apple
¿Que sigue?
Hoy en día, los expertos ven el iBeetle como una oportunidad desperdiciada. Sin embargo, el interés de Apple por la industria del automóvil aún persiste, como lo demuestra, por ejemplo, el desarrollo de la plataforma CarPlay. El año pasado, el director ejecutivo de Apple, Tim Cook, confirmó en una de sus entrevistas que su empresa se ocupa de sistemas autónomos e inteligencia artificial. El coche autónomo de Apple fue objeto de intensos debates en 2014, cuando la compañía de la manzana contrató a varios nuevos expertos para que se ocuparan de la tecnología correspondiente, pero poco después el "equipo Apple Car" se disolvió. Pero los planes de Apple siguen siendo muy ambiciosos y sólo podemos sorprendernos del resultado que traerán.