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En 2008, Apple lanzó un kit de desarrollo de software para su iPhone recientemente lanzado. Fue un gran paso adelante para los desarrolladores y una gran oportunidad para crear y ganar dinero, ya que finalmente pudieron comenzar a crear aplicaciones para el nuevo iPhone. Pero el lanzamiento del iPhone SDK también fue de gran importancia para los desarrolladores y para la propia empresa. El iPhone dejó de ser un sandbox en el que sólo Apple podía jugar, y la llegada de la App Store -una mina de oro para la compañía de Cupertino- no tardó en llegar.

Desde que Apple presentó por primera vez su iPhone original, muchos desarrolladores han estado clamando por un lanzamiento de SDK. Por incomprensible que pueda parecer desde la perspectiva actual, en ese momento hubo un acalorado debate en Apple sobre si tenía sentido lanzar una tienda de aplicaciones en línea de terceros. A la dirección de la empresa le preocupaba principalmente una cierta pérdida de control, algo que a Apple le preocupaba mucho desde el principio. A Apple también le preocupaba que una gran cantidad de software de mala calidad terminara en el iPhone.

La objeción más fuerte a la App Store fue Steve Jobs, que quería que iOS fuera una plataforma perfectamente segura y perfectamente controlada por Apple. Pero Phil Schiller, junto con el miembro de la junta directiva de la empresa, Art Levinson, presionaron febrilmente para cambiar de opinión y dar una oportunidad a los desarrolladores externos. Entre otras cosas, argumentaron que desbloquear iOS haría que el campo fuera extremadamente rentable. Jobs finalmente demostró que sus colegas y subordinados tenían razón.

Jobs realmente cambió de opinión y el 6 de marzo de 2008, unos nueve meses después de la gran presentación del iPhone, Apple celebró un evento llamado Hoja de ruta del software para iPhone, donde anunció con gran fanfarria el lanzamiento del SDK de iPhone, que se convirtió en la base del Programa de Desarrolladores de iPhone. En el evento, Jobs expresó públicamente su entusiasmo por el hecho de que la compañía fuera capaz de crear una increíble comunidad de desarrolladores externos con potencialmente miles de aplicaciones nativas tanto para iPhone como para iPod touch.

Se suponía que las aplicaciones de iPhone se crearían en Mac utilizando una nueva versión del entorno de desarrollo integrado, la plataforma Xcode. Los desarrolladores tenían a su disposición un software capaz de simular el entorno del iPhone en un Mac y capaz de controlar el uso de la memoria del teléfono. Una herramienta llamada Simulador permitió a los desarrolladores simular la interacción táctil con el iPhone mediante un mouse o un teclado.

Los desarrolladores que querían tener sus aplicaciones en la App Store tenían que pagar a la empresa una tarifa anual de 99 dólares, la tarifa era ligeramente mayor para las empresas de desarrollo con más de 500 empleados. Apple dijo que los creadores de aplicaciones obtienen el 70% de las ganancias de las ventas de aplicaciones, mientras que la empresa de Cupertino se queda con el 30% como comisión.

Cuando Apple lanzó oficialmente su App Store en junio de 2008, los usuarios podían encontrar quinientas aplicaciones de terceros, el 25% de las cuales se podían descargar completamente gratis. Sin embargo, la App Store no se mantuvo cerca de esta cifra y actualmente sus ingresos representan una parte nada despreciable de las ganancias de Apple.

¿Recuerdas la primera aplicación que descargaste de la App Store? Abra la App Store, haga clic en su ícono en la esquina superior derecha -> Comprado -> Mis compras y luego simplemente desplácese hacia abajo.

Tienda de aplicaciones en iPhone 3G

Fuente: Culto de Mac

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