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La entrega de hoy de nuestro viaje al pasado volverá a tratar sobre Apple. En esta ocasión nos remontaremos al año 2009, cuando Steve Jobs asumió (temporalmente) el cargo de máximo responsable de Apple tras una pausa médica.

El 22 de junio de 2009, Steve Jobs regresó a Apple unos meses después de someterse a un trasplante de hígado. Cabe señalar que el 22 de junio no fue el primer día que Jobs volvió al trabajo, pero fue ese día cuando apareció la declaración de Jobs en un comunicado de prensa relacionado con el iPhone 3GS, y los empleados comenzaron a notar su presencia en el campus. Tan pronto como se confirmó oficialmente el regreso de Jobs, mucha gente comenzó a preguntarse cuánto tiempo estaría al frente de la empresa. Los problemas de salud de Steve Jobs ya eran conocidos desde hacía algún tiempo en aquel momento. Durante varios meses, Jobs se negó a someterse a la cirugía sugerida por el médico y prefirió métodos de tratamiento alternativos, como la acupuntura, diversas modificaciones dietéticas o consultas con varios curanderos.

En julio de 2004, sin embargo, Jobs finalmente se sometió a la cirugía pospuesta y Tim Cook asumió temporalmente su puesto en la empresa. Durante la operación, se descubrieron metástasis, por lo que a Jobs le recetaron quimioterapia. Jobs regresó brevemente a Apple en 2005, pero su salud no era del todo buena y también comenzaron a aparecer una serie de estimaciones y especulaciones en relación con su salud. Después de varios intentos de restar importancia a la enfermedad, Jobs finalmente envió un mensaje a los empleados de Apple indicando que sus problemas de salud eran más complejos de lo que se pensaba originalmente y que se tomaría una baja médica de seis meses. Jobs se sometió a una cirugía en el Instituto de Trasplantes del Hospital de la Universidad Metodista en Memphis, Tennessee. Tras su regreso, Steve Jobs permaneció en Apple hasta mediados de 2011, cuando dejó definitivamente el puesto de liderazgo.

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