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Sonos causó un gran revuelo entre los usuarios de dispositivos mayores esta semana. La empresa lo tiene bastante claro. anunció el fin de las actualizaciones para sus oradores más antiguos. Claro, el altavoz aún puede reproducir música y realizar otras funciones, pero aquellos que han invertido en todo el ecosistema de altavoces Sonos durante varios años ahora se encuentran en una posición en la que tienen una opción: actualizar a un hardware más nuevo o su ecosistema desaparecerá. Será tan impecable como antes.

Al menos eso es lo que dijo la compañía, diciendo que los usuarios que quieran utilizar el ecosistema y las funciones adicionales de los altavoces sólo pueden hacerlo si toda la tecnología utiliza el software más reciente. Los seguidores más fieles tomaron este movimiento de manera muy negativa. No es de extrañar. Este es ya el segundo paso con el que Sonos deja claro que los altavoces inteligentes, a diferencia de los clásicos, tienen una vida útil más corta. Es un impuesto a la inteligencia.

Lo vemos en teléfonos y computadoras. Los dispositivos más antiguos simplemente no pueden mantenerse al día con el software más reciente y esa es una de las razones por las que actualizamos regularmente. Pero con la actualización de estos dispositivos viene un valor agregado: una mejor cámara, soporte para Internet moderno sin cortes, mayor duración de la batería o dispositivos como Face ID.

manzana HomePod

Pero ¿por qué cambiarías un altavoz que funciona perfectamente? ¿Realmente vale la pena desechar todo el producto por esas pocas características del software? ¿Y por qué, si quieres aprovechar el programa de intercambio de esta empresa, tienes que poner el altavoz en modo de reciclaje, volviéndolo irrevocablemente inútil? En un momento en el que cada vez más empresas se esfuerzan por ser más ecológicas, esto resulta realmente extraño e incomprensible. Más aún cuando ella compañía en su sitio web defiende la sostenibilidad ecológica.

Sin embargo, esta situación indica lo que le puede pasar no sólo a Sonos, sino a otros fabricantes de altavoces inteligentes. Por ejemplo, el HomePod de Apple. Hoy en día, parece que no hay necesidad de una segunda generación, pero la pregunta es cuánto tiempo pasará antes de que el hardware deje de seguir el ritmo del software. Después de todo, el corazón del HomePod no es tanto el equipo de audio como el antiguo procesador Apple A8 de cinco generaciones de la era del iPhone 6, combinado con 1 GB de RAM y un sistema operativo basado en iOS. Sí, este hardware es suficiente hoy, pero lo que funciona hoy puede no funcionar mañana.

En el lado positivo, Sonos dejará de admitir dispositivos de entre 11 y 14 años, por lo que es probable que el HomePod tenga una vida útil igualmente larga. La pregunta sigue siendo qué seguirá cuando llegue su momento.

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